miércoles, 9 de junio de 2010

Ambientación

Aquí os dejo un poquito de la ambientación de Zhul, centrada en las tribus que podremos escoger para nuestros personajes. Difiere de la página que envié al taller en que la he reescrito como una especie de crónica de lo que está ocurriendo en el Valle de los Extraños. Todavía no tenemos claro si será la que vaya en el ejercicio final o no.

Mientras los brujos realizan sus oscuros rituales, bajo la sombría mirada de los antiguos ídolos, los guerreros danzan y festejan para llenar de valor sus corazones. Es tiempo de tregua y están en un lugar sagrado, unidos por el renacimiento de un enemigo común, pero con la desconfianza haciendo presa en sus corazones.
La tradición dicta que uno de cada tribu será escogido. Ya sólo queda escuchar a los espíritus. Los candidatos se reúnen en callados grupos bajo la atenta mirada del Guardián de los Extraños, Koah el Viejo, Aquel que no tiene Tribu, El que conoce todos los Secretos. Con su mirada de pupilas blancas los observa y los hace estremecerse.
Allí están los orgullosos Noruba, los guerreros de ébano de las planicies, fieros y violentos en la guerra pero alegres en la paz, que entrenan a sus miembros desde la infancia en las artes del combate.
Junto a ellos contrastan los Kuroi, guardianes de la llama de la civilización. Este pueblo todavía vive en ciudades aunque se encuentren en ruinas. Dicen no poseer guerreros sino soldados, ni brujos sino sacerdotes. Su formación es una perfecta falange de lanzas erizadas y brillos de bronce.
A su izquierda se encuentran los fornidos Wakai, naturales de un archipiélago lejano. Son estos hombres del mar, de gran coraje y fortaleza. Suelen adornarse con vistosos tatuajes y se muestran por lo general pacíficos.
Alejadas de los Kuroi se encuentran las Gheera, la tribu de las mujeres pantera, donde no se admite a los hombres. Temibles cazadoras que viven en la jungla, en ciudades ruinosas que guardan maravillas incontables. Legendaria es su enemistad con los Kuroi y su pacto con los grandes felinos, los cuales corren junto a ellas como animales domésticos.
Y por último, alejados del resto, los Zekali. Esta raza de hombres, pequeños y contrahechos, suple su debilidad física con astucia y elaboradas tretas. Son expertos en el uso de venenos y magia espiritual. Se les tiene por traicioneros e intrigantes entre las demás razas, fama que ellos se encargan de cultivar con esmero, máxime cuando adoran a un misterioso dios serpiente que muchos identifican con la deidad de los Saurios.
Los cantos se alzan altos en el cielo, junto al humo de las hogueras, pero cuando Koah alza los brazos para hablar todos callan. Sus palabras son las de los Extraños, la antigua y poderosa raza olvidada que pisó estas tierras mucho antes que ellos y a los que se debe obediencia por su sabiduría y poder. La hora de la verdad se acerca.

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