Los
Saurios son el enemigo de todas las tribus de Zhul, incluso los traicioneros Zekali sienten un profundo odio por ellos, mucho mayor si cabe que el resto. Sus orígenes se remontan hasta la creación de la humanidad, puesto que no se conservan indicios de que los Extraños se enfrentasen a ellos. Según el Canto de la Creación de los Kuroi fueron creados como sirvientes de Nagish, el dios opuesto a Adon, Señor Creador de Zhul. De aquí provendría su profundo desprecio y odio hacia todos los hombres.
Los Saurios son humanoides reptilianos de tamaño parecido al de un hombre. Sus cuerpos están cubiertos por escamas que van de los tonos dorados al verde oscuro, con cambios de tonalidad según las zonas donde suelan habitar. Como sus parientes animales son criaturas de sangre fría y es por ello que prefieren los lugares cálidos, ya sean las profundas junglas o las planicies arrasadas por el sol. Aunque en primera instancia pueden dar la sensación de que son lentos de movimientos, poseen unos reflejos explosivos llegado el momento y son tan veloces como un humano normal, si bien es cierto que suelen pasar largos ratos de asueto tumbados al sol, reservando fuerza para cuando tengan que utilizarla. Los Saurios poseen formidables armas naturales, sus manos acaban en garras afiladas que utilizan tanto para el combate como para ayudarles en la escalada y su boca está repleta de afilados colmillos. Se sabe de algunos que generan venenos de gran potencia, capaces de paralizar a víctimas de gran tamaño, estas sustancias suelen administrarlas ya sea en la mordida o simplemente destiladas a través de la piel y untadas en sus armas o zarpas.
Los Saurios suelen formar pequeñas bandas de incursores en el territorio de las tribus libres, estableciendo campamentos temporales. En ocasiones estas bandas se han transformado en ejércitos y han invadido regiones enteras comenzando guerras con los habitantes del lugar, aunque esto no es común. Sin embargo, estas criaturas tienen su hogar en una jungla lejana al sur de los territorios de los Noruba, tras atravesar la densa y peligrosa selva conocida como
La Muerte Esmeralda y una alta y escarpada cordillera montañosa. En este lugar se halla una extraña construcción, una pirámide escalonada que sirve como centro de poder de los Saurios; alrededor de este enorme edificio se levantan chozas, casas y otras edificaciones. Una auténtica ciudad sauria. Recientes acontecimientos han convertido este lugar en poco más que una ruina. Tras una serie de incursiones y la creación de un enorme ejército, todas las tribus de Zhul decidieron unirse para hacer frente al enemigo común. Comandados por un gran espécimen de más de 10 codos de alto, las fuerzas de los saurios y sus esclavos, los Ghaks, atravesaron las montañas y
La Muerte Esmeralda y entraron en territorio de los Noruba. Los ejércitos penetraron en las llanuras y amenazaron la ciudad de Ektia. Se produjo una terrible batalla en la que el bando de los aliados venció por muy poco. A partir de ahí se fue persiguiendo a los perdedores hasta su lejano y extraño hogar. La alianza de tribus llegó a la ciudad y la destruyó, pero no así la gran pirámide. Parece ser que una poderosa magia la protege de todo daño y los generales a cargo de las fuerzas prefirieron no arriesgar más a sus hombres. Desde entonces no ha habido informes de avistamiento de saurios en muchas lunas. Sin embargo, con su extraño hogar todavía en píe, todos esperan vigilantes los signos de su regreso.
Desde que se les conoce, los Saurios han practicado la esclavitud y la crueldad con el resto de razas. Si existe un aliado natural para ellos es el pueblo de los Ghaks. Esta especie de humanos atrasados y bestiales sirve con un sentimiento cercano a la adoración a los Saurios. No se sabe muy bien si como resultado de antiguos pactos o simplemente por temerosa veneración a su poder. Otros aliados de los Saurios son los reptiles que habitan Zhul. La relación que mantienen con ellos es similar a las de las Gheera con los felinos, una mezcla de respeto mutuo y alianza velada. Se conoce que han utilizado grandes reptiles para sus incursiones y guerras, ya sea como monturas o simplemente como carne de cañón, al parecer algunos Saurios poseen la facultad de obligar a estas criaturas a realizar sus deseos.
Otra característica de esta raza es su memoria ancestral de estirpe. Los Saurios son individuos únicos e indivisibles pero poseen la facultad, todavía no bien explicada, de transmitir sus pensamientos, ideas y tácticas a otros individuos de su misma raza. Esto no es útil para casos concretos pero sí que genera una especie de consciencia colectiva que les ayuda a evolucionar generación tras generación. Digamos que si los Saurios son derrotados de alguna forma, su descendencia nacerá con un intento de solución al problema, intentando convertir sus puntos flacos en fortalezas para que no vuelva a ocurrir lo mismo. Es por ello que cada nueva puesta de huevos es tratada con adoración, puesto que saben muy bien que en ella reside el futuro de su raza y la manera de prevalecer contra sus enemigos. Los Saurios harán cualquier cosa para proteger sus huevos sin importar el precio a pagar. Su primera medida de seguridad es mantener en secreto el lugar donde crecen y se desarrollan las nuevas generaciones, sólo unos pocos individuos conocen este secreto y lo guardarán con su vida.
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